Que pena da ver a muchos siervos del Señor en la actualidad más preocupados de la educación y la comodidad de sus hijos que de su entrega y servicio al Señor. Que paradójico y contradictorio entregar sus recursos, tiempo, juventud y esfuerzo por las cosas que perecen y no por las que a vida eterna permanecen. En definitiva, lo único que cuenta es aquello que invertimos para la eternidad.
"Y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos"
2 Corintios 5:15
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